Contó con la admiración de escritores de la talla de Kafka.Robert Musil, Elias Canetti o Walter Benjamin, quienes escribieron con entusiasmo sobre sus libros. Y de forma más reciente, Thomas Bernhard o Peter Handke han recordado su influencia indiscutible en las últimas generaciones de escritores en lengua alemana. Sin embargo, sus publicaciones no obtuvieron nunca éxito de público y el escritor tuvo también dificultades a la hora de editar.
A partir de 1925 comienzan a manifestarse en él los primeros síntomas de una locura de origen hereditario. Se embriaga con frecuencia y sufre alucinaciones auditivas, terrores nocturnos y ataques de agresividad. En 1929, siguiendo los consejos de su hermana Lisa, fiel apoyo hasta el final de su vida, ingresa voluntariamente en el manicomio de Waldau. Poco más tarde será transferido a Herisau donde vivirá hasta su muerte.